6 Beneficios de los sistemas de gestión de calidad basados en la nube

Desde hace algunos años las organizaciones han optado por implementar sistemas de gestión de calidad basados en la nube. Se trata de tecnología que almacena datos e información en servidores fuera de las instalaciones de la organización, dejando así de lado el alojamiento en discos duros, equipo fijos u ordenadores de los usuarios.

Las contraprestaciones del sistema en cuanto a seguridad, movilidad y escalabilidad son sorprendentes. Los sistemas de gestión de calidad basados en la nube incluyen – aunque no se limitan a ellas – herramientas de big-data, sistemas de gestión integrada y copias de seguridad, entre otras. De esta forma, es posible administrar varios servicios en una plataforma centralizada, flexible y escalable.

Los beneficios de los sistemas de gestión de calidad basados en la nube

La inversión en sistemas de gestión de calidad basados en la nube, ofrece seguridad, aumento del rendimiento y mayor escalabilidad entre otros muchos beneficios. Entre los 6 principales podemos destacar:

Mejora la movilidad

En la medida en que los datos y los sistemas se almacenan fuera del ordenador personal, es posible acceder a ellos por medio de diversos tipos de dispositivos como smartphones o tabletas. Solo se requiere una conexión a Internet para garantizar el acceso.

Esto significa que si un equipo de un usuario sufre daños o no se encuentra disponible en un momento crítico, la información necesaria no será inaccesible, ya que estará segura y disponible online desde cualquier otro equipo fijo o móvil.

Más allá de la seguridad de la información, se trata de una ventaja estratégica que permite ofrecer soporte a clientes en forma precisa y ágil, o reportar un hallazgo en forma inmediata. Las rutinas de trabajo online permiten aumentar la productividad, aportan flexibilidad, reducen costes y permiten mantener la operabilidad del sistema en todo momento, aún cuando los empleados se encuentren lejos de su lugar de trabajo.

Aumento de la productividad

En muchas organizaciones, los sistemas de gestión de calidad basados en la nube han aumentado la comunicación interna y, por ende, la productividad debido a la disponibilidad y la accesibilidad de la información las 24 horas del día en Internet.

Este beneficio se evidencia con mayor claridad en organizaciones que tienen ubicaciones geográficamente distantes, que tienen empleados que viajan a menudo o que han sido contratados bajo condiciones muy flexibles en cuanto a sus lugares de trabajo y sus horarios.

La computación en la nuble permite a los empleados acceder a la información, actualizarla, producir informes y compartirlos en tiempo real. Un mismo documento puede ser visualizado y editado por varias personas, online, optimizando el rendimiento y garantizando la seguridad.

El mantenimiento de las aplicaciones en la nube también genera un espacio de trabajo integrado, crucial para que la organización mantenga sus índices de productividad elevados. En ambientes de alta colaboración, los profesionales actúan con mayor agilidad y seguridad.

Mayor seguridad

Están equivocados quienes piensan que por el hecho de que la información de la organización no está almacenada en discos o equipos internos se corre el riesgo de perderla, que se degrade o que sea accedida por terceros no autorizados.

Los sistemas de gestión de calidad basados en la nube son más seguros por una serie de factores. Los proveedores de “cloud computing” utilizan altos estándares internacionales de seguridad, como la encriptación avanzada, protocolos SSL e ISO, entre otros. Las posibilidades de invasión y pérdida de información confidencial son menores.

Otro factor a tener en cuenta en lo relacionado con la seguridad es el almacenamiento de datos y archivos. Mientras que las organizaciones tradicionales realizan copias de seguridad una o dos veces al año, tardando muchas horas, e incluso días en hacer esta labor, los sistemas en la nube lo hacen en forma automática, varias veces al día, a través de la creación de reflejos de servidores.

Software siempre actualizado

En los sistemas tradicionales es necesario el soporte de un equipo de TI para actualizar y optimizar el funcionamiento de un determinado software. La atención es individual, es costosa y suele tardar en realizarse.

El sistema en la nube se convierte en una gran herramienta para las pequeñas y medianas empresas, que eliminan costes por actualizaciones, lo que permite destinar mayores recursos en otras áreas.

Siempre que se disponga de una nueva versión del software contratado, su distribución se realizará en pasos muy sencillos. Todos los profesionales tendrán acceso rápido a las nuevas funcionalidades, lo que produce un entorno de TI con alto rendimiento y confiabilidad.

Mejora la escalabilidad operativa

La escalabilidad operacional es la capacidad de la organización para gestionar sus recursos, en proporción con la oscilación de la demanda de sus servicios. Con la computación en la nube, los servicios de TI pueden ver modificado su desempeño en cualquier momento, garantizando que todos los usuarios puedan trabajar sin convertirse en cuellos de botella.

Bastan algunos clics para que el administrador de TI modifique la solución contratada por la organización y la acondicione a las nuevas necesidades temporales o definitivas.

Este factor también tiene influencia en la planificación a largo y medio plazo de la organización. La estrategia de inversión se basará en la capacidad de la organización para ahorrar recursos financieros a través de una infraestructura compacta, adaptada a las necesidades del negocio.

Simplificación de los procesos de gestión

La simplificación de los procesos de gestión es fundamental para que la organización obtenga el máximo provecho de la computación en la nube. Con la migración de las herramientas de TI a entornos de Cloud, técnicos y analistas podrán configurar soluciones en una plataforma centralizada.

Las rutinas de copias de seguridad se ejecutarán como resultado de procesos automatizados, junto con el monitoreo de recursos. La organización podrá ahora definir estrategias con mayor enfoque en las demandas de los usuarios, teniendo en cuenta que los técnicos invertirán menos tiempo en la resolución de problemas. Al mismo tiempo proyectos esenciales, como la adopción de nuevos sistemas, ganarán agilidad y desarrollo.

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